martes, 29 de diciembre de 2009

Corrida de Baltasar Ibán


Corrida de Baltasar Ibán
Lidiada: 8 de Mayo de 2002 Nimes


Espejito nº 17 negro 540 k.
Bastonito nº 54 negro 515 k.
Cesguno nº 8 negro 495 k.
Sardinero nº 45 negro 495 k.
Molinero nº 2 negro 499 k.
Agradecido nº 58 negro 498 k.


Antonio Ferrera: palmas, oreja, oreja, oreja, oreja y vuelta


Una grandiosa corrida de toros, completísima, un verdadero abanico de bravura. Baltasar Ibán llevó a Nimes un encierro muy bien hecho, desbordante de nobleza.
El primero fue un toro muy interesante, con casta, al que no se le podía mentir. Ferrera estuvo espectacular en banderillas, como toda la tarde, variado y sincero.
El segundo marcó la pauta de lo que sería una corrida a más, acometer al primer toque y repetir incansablemente con una nobleza apabullante, emocionando a los aficionados con la belleza de la bravura.
El tercero, el de mayor trapío de la tarde, salió con alegría y motor. fue una auténtica gozada verlo acudir con esa entrega a donde le llamasen. Un toro de lío en cualquier plaza. Ferrera le cortó una oreja.
Con el cuarto, el extremeño se gustó con el capote, y aprovechó las dulces y rítmicas embestidas para ejecutar un trasteo que gustó a la gente.
El quinto puso la guinda de la incredulidad de muchos aficionados ante tanta bravura. A los que dicen que el toro bravo es hoy una falacia tendrían que ver una corrida de Baltasar Ibán. Ferrera gustó a muchos espectadores porque lo cuenta muy bien, porque tiene un diálogo con el público con mucho gancho. Un revolcón cargó de emoción la faena.
El sexto, como dijo un matador retirado: "parecía un ángel". Tenía tanta bondad. Pese a ser el único endeble del encierro, buscaba la muleta aunque le faltasen las fuerzas. La faena de Ferrera tuvo más contenido, sobre todo porque el torero dejó de lado su vena populista y la lidia adquirió un carácter mucho más íntimo.

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