lunes, 31 de mayo de 2010

"Pasajero" de El Sierro


Nombre: Pasajero nº 68 negro 522 k.

Ganadería: El Sierro

Lidiado: 1 de Julio de 2001 Madrid

Manolo Sánchez: palmas



Toro alto, desgarbado, escurrido de los cuartos traseros, manso y huido en varas y sin ninguna fijeza en los primeros tercios. Y, de repente, empezó a embestir por el pitón izquierdo con largura y calidad. Y luego, este mismo comportamiento se le atisbó también por el otro pitón.

Pocos, muy pocos, se podían explicar, como "Pasajero", de tan feas hechuras, descolgaba con tan buena clase en la templada muleta de Manolo Sánchez, algo que ya le cantó con timidez en los capotazos de prueba, cuando le corrió para atrás, justo antes de pasar al segundo tercio de lidia, como si el "atanasio" estuviera empezando a romper para adelante. Se enteró el vallisoletano, que lo entendió en una gran tanda de naturales a mitad de faena, con el toro rebozándose y el torero rompiéndose con entrega y mando, y al final cuando, de uno en uno y dándolo distancia que pedía para meter la cara, lo llevó muy largo, con gusto, calidad y mucho temple.

martes, 11 de mayo de 2010

"Aragonés" de Cuadri


Nombre: Aragonés nº 30 negro 579 k.
Ganadería: Celestino Cuadri
Lidiado: 25 de Mayo de 2008 Madrid
Israel Lancho: ovación

Con un bravísimo sexto de nombre “Aragonés”, de codicia desbordante por el son, el galope y el ritmo, bravo de verdad aunque hiciera salida de manso. Noble, entregado, de imponente presencia. Fue el toro de la revelación de Israel. El que lo pone en el mapa. Porque el torero, casi devorado por los nervios y por el propio toro en el recibo, decidió jugarse el todo a una carta y darlo de paso todo y más. Sabiendo de qué iba. En los medios abrió faena con un cambiado por dejando venir al galope y de largo al toro, larguísimo pero muy bien hecho. Casi despedido y arrollado al tercer viaje, aguantó Israel y remató con uno de pecho soberbio. Fue tanda de cinco y se oyeron de pronto los tambores: iba a haber triunfo. En la primera tanda con la diestra, vino el toro tomado y gobernado por delante. Cuatro ligados y el de pecho. El toreo, para adentro. Ni un paso en falso ni atrás de Israel. La siguiente tanda, con la zurda. Tres y el de pecho. El abecé del clasicismo. Y el punto en que una faena toma vuelo mayor: una tanda con la izquierda de gran ajuste y a cámara lenta.
Respondió el toro con incansable temple. No hubo enganchones, ni dudas en los embroques. La danza fue de las buenas y duró. Tupida y densa faena, sin más pausas que las imprescindibles, con su propio ritmo. El compás inevitablemente desgarbado de los toreros de casi dos metros. Pero de largos brazos y mano baja. Y gran asiento. Se desbordó la emoción. Cuadrado en los medios, atacó Israel con la espada pero cerrando los ojos. Atravesó al toro y le hizo guardia. Luego, en tablas, lo mató por derecho y por arriba. La muerte del toro, resistidísima, tan de bravo, puso a la gente de pie.

jueves, 6 de mayo de 2010

"Sacristán" de Conde de la Corte


Nombre: Sacristán nº 62 negro 565 k.
Ganadería: Conde de la Corte
Lidiado: 6 de Agosto de 2007 Vitoria
Domingo López Chaves: oreja

El tercero fue un toro que acudía al toque de la muleta con prontitud, se desplazaba con buen viaje y metía la cara en los engaños. Era toro de bandera, toro de buena faena. López Chaves lo vio desde el principio y por eso lo recibió con largas cambiadas. Tres en las tablas y tres más en los medios. Se cuidó al toro en el caballo y los lances de capote continuaron en un quite por chicuelinas. Con esos mimbres López Chaves ya barruntaba cómo había de ser el cesto. Tomó camino del anillo y allí brindó el toro al respetable. De rodillas lo recibió y tras echarse la muleta a la derecha empezó a torear por abajo. La faena cogió altura en una tanda por la izquierda, muy ligada y con la muleta muy baja. Es López Chaves torero al que le gusta someter a los toros, llevarlos muy obligados. Eso le impide desplazarlos un poco más. También por abajo fueron los muletazos que vinieron después. A partir de ese momento las telas de López Chaves empezaron a subir; era lo que en ese momento pedía el toro. Dejó media estocada bien colocada y le cortó la oreja al del Conde.